Cartas a mis hijos
3.- Sin Lamentaciones.
Quiero escribir esta carta ahora que puedo y mientras miro sus caritas dormidas, JD estas tan grandecito que ya no queda rastro en ti, del bebe que una vez fuiste, tus rasgos ahora son los de un niño de rostro fino y labios bonitos, se parecen a los míos, eres delgadito y larguirucho, te ves tan sereno y dulce mientras duermes que dan ganas de apapacharte y llenarte de besos, pero entonces dirías riendo: deja mama, deja.
Mientras tu hijito mío duermes en un rincón hecho un ovillo, tu hermana parece la dueña de la cama con piernitas regordetas y sus bracitos toda sueltas, que parece que volaría, son adorables más aún porque sus rostros tienen tanta paz y dulzura.
Son momentos difíciles hijos, estoy tan triste y estresada que trato de verdad trato de sobreponerme, es difícil ver que todo aquello que me es querido, amado, todo por lo que he luchado se va desintegrando. Ver a mi familia fragmentarse y no poder hacer nada para detenerlo porque no depende de mí y solo de mi es frustrante y tan doloroso que mis fuerzas son melladas tan fiera mente que me lleno de tristeza, todos los días es una continua renovación de esfuerzos y energías, y eso solo lo consigo de ustedes, son mi fuente de renovación y estimulo;
nunca creí en aquellas afirmaciones de muchas mujeres y madres que afirmaban que sus hijos son lo que les alienta a seguir, lo consideraba exagerado y hasta cursi, estaba tan equivocada, aquí y ahora se fehacientemente que sí, los hijos nos dan la fuerza de una catapulta cuando es necesario y el estímulo de vivir para seguir caminando y riéndole a esta vida, una vida que muchas veces se nos muestra como un quebradero de cabeza, un sinsentido capaz de tumbarnos de tal forma que resulta difícil continuar. Y ahí sin más salen a relucir la imagen, la vida y el valor de ustedes mis amores y me levanto y sigo.
Sé que tu JD estas preocupado y no te gusta verme triste o peor aún no te gusta que llore, no sé cómo te das cuenta de ello, pero te aseguro cada vez lloro menos hijito. Sé también que estas triste, molesto y lleno de frustración mi amor, pero lo superaremos, yo sé que sí, tenemos la ayuda para hacerlo.
Muchas veces intento cosas hijito y termino perdiéndome en mi misma, no porque este distraída mi amor, es sencillamente que me aterra el pensar que podría hacer las cosas mal para ustedes, y si hijo, tengo miedo mucho miedo. Algún día cuando leas estoy espero que en tus recuerdos solo hayas visto mi determinación y ganas de ser mejor, nada más.
Y ese miedo es porque cuando elegí a vuestro padre y me case con él, no fue para probar si el matrimonio me funcionaba o no y luego lo desechaba si no era lo que esperaba, no hijo, me case comprometiéndome al cien por cien; y cuando tu naciste fue por eso mismo para criarte y formarte dentro de una familia con papá y mamá, para estar siempre contigo, nunca fue mi intención tener hijos para criarlos sola, y eso es lo que me entristece que no les podre dar todo lo que di por hecho que tendrían. Me entristece haber tomado decisiones con respecto a vuestro padre que me trajeron a este punto, permití actos y hechos que no solo me lastimaron a mí, sino a ustedes también, siempre he creído y seguiré creyendo que todos nos equivocamos, pero que podemos aprender de ello y ser mejores, pero vuestro padre me demostró que hay personas que se equivoca una y otra vez con lo mismo, que no aprende nada por el contrario quiere que los demás decidamos por actos que no son nuestros y encima nos achacan la responsabilidad de dichos actos. Yo hijos míos lo hice, afronte sus actos y me responsabilice por ellos, durante un tiempo. Pues me di cuenta después de mucho tiempo y varias decepciones, que ni yo, ni ustedes, ni nadie es responsable de las decisiones ajenas, cada quien hace lo que hace porque quiere o porque así lo decidió y por lo mismo es responsabilidad suya y solo suya las consecuencias que sus actos y decisiones acarren, siempre salpicara a los que estuvimos cerca, como es nuestro caso, pero nunca fue culpa nuestra, jamás. Yo ya no me siento culpable ni responsable de las decisiones de vuestro padre. Lo único que queda aquí y ahora es seguir adelante, se mis pequeños que no siempre acertare, que fallare en otras muchas, y que de tanto en tanto también la pasaremos fatal; pero se también que habrá mucho porque reír, jugar y celebrar; así que hijitos pese a los miedos y todos los temores, lo que nos depare el futuro lo viviremos juntos y sin lamentaciones. Lo pasado pisado. Futuro allí vamos. Los ama, mamá. |