Si te has quedado en el año dos mil
es porque el tiempo para ti no ha pasado
y sigues tan bella, inocente y juvenil
como cuando celebraste tus quince primaveras
y al espejo le contabas todas tus fantasías,
me acuerdo que yo te llevaba flores,
rosas rojas para ser más exactos
además de muchos cantos
que hablaban de ti y de mi.
Tú me diste muchos abrazos
y me prometiste muchos besos
cuando lográramos crecer lo suficiente
para ser dueños de nuestros actos,
yo he crecido tanto de tiempo
y tan solo un poco de tamaño,
en cambio tú te has quedado
estática en el curso del tiempo,
la talla de tus zapatos sigue
siendo la treinta y cinco
y todo sigue siendo lo mismo,
tu cabello es lo único que ha crecido,
sigues con ese corazón de niña
y la imaginación disparada al infinito,
yo ya pasé la barrera de los treinta
y para poder alcanzarte, a partir de mañana
comenzaré a contar los años hacia atrás,
ojalá que cuando llegue de nuevo a los quince,
a ti no te dé por crecer
y a mi por seguir contando
porque llegaría al primer momento de mi vida
y luego volvería al vientre de mi madre
y con los meses dejaría de existir,
pero si te quedas en los quince,
yo también te acompañaría
y seríamos más felices,
te volvería a regalar todas
las rosas rojas que encuentre
y ahí me quedaría para siempre,
tus abrazos serían suficientes
porque desde que probé los besos,
no contigo, sino con la otra de ti misma
mi corazón quedó hecho flecos,
se desbarató por todas partes
y solo tú con tus abrazos, remendar lo pudiste,
por eso te escribí este poema
y cuento al mismo tiempo.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
@ DERECHOS RESERVADOS |