El mundo una tortuga de espalda.
Cada pata moviéndo desesperanza
Demasiados egos repartidos inconscientes de un condicionamiento que es mi personalidad.
Quién ha permitido tanta inconsciencia de anular la inteligencia y manejar la razón de los hombres como títeres.
Sin voz, sin soluciones de dar vuelta esas patas de tortuga que siguen moviéndose al
viento.
Pero sabes amor, prefiero hacerte feliz, prefiero mejorar el entorno donde transito, descubrir las no verdades en mi. Ver debilidades en mi profundidad, observar mis miedos, cerrar los ojos, respirar para que mi corazón se agite ante un beso largo con puentes de salivas que me das de pasada.
Tortugas, inconsistencias de la desigualdad, negación de unos pocos.
En esta tierra efímera donde los tres estados nunca se juntarán pues se esconden en la caparazón de esta tortuga que algún día se dará vuelta y un cambio cobije a todos los seres prisioneros de sus cuerpos.