El agua corre como llantos de mujer, la brisa cae desde las montañas como caricias de un bebé, los árboles danzan como concubinas en un burdel.
El sol brilla como la mejor de las sonrisas, la luna descansa en la mar, solícita, como tú, ayer, en medio de prados y jardines. Con corona de rozas entrelazada en tu cabello, hermoso cabello, que caían como cascadas por tus senos.
Te miro y te miro, te observo con cariño. Escucho y siento tu perfume de mujer, beso y abrazo, la savia de tu cuerpo.
Me encandilo, me encandilo ante tu belleza, y como un niño, río, río porque me has quitado el aliento, mis más airados suspiros. Sereno, sereno, voy hacía ti y me duermo en tus pechos. |