Increíblemente, la persona que esperas, a la que consideras la mejor, es a veces la peor persona en conocer porque te muestra un aspecto que lejos de soprenderte te decepciona, hoy, ayer y muchos meses.

26 meses antes de esta historia, Ella no me conocía del todo, solo sabía que era el hombre necesario para muchas cosas pero no para las importantes, su sonrisa, su sutileza al decir las cosas, hicieron que aceptara salir y mostrar a ese personaje que era pero no era, a ese hombre bueno pero no del todo, a ese hombre honesto pero reservado y como siempre, lo logró; logró que las cosas se dieran a su favor, logrando incluso que yo cediera a sus impulsos recalcitrantes, y con tanta razón de por medio, sucedió.

Sucede que Yo era como Ella, sucede que Ella era como Yo, es algo a los que los Psicólogos le llaman Identificación, y vaya que lo fue. Si sonreía, yo lo hacía, si me molestaba tenía que saber por qué, si era feliz, era obvio que yo también, pero era bueno que ¿Ella sea como Yo?, al inicio no dices nada, es lógico, más tarde dices si tanta similud es necesaria, ya que según los profesionales no existen dos personalidades idénticas a nosotros pero si muchas coinciden en varios aspectos. De cualquier manera, Ella se mostraba como la solución a los problemas pero no lo era, simplemente no.

No, definitivamente dos personas no pueden ser iguales en todos los sentidos, existe una voluntad que nos hace diferentes, existe un fin que justifica los medios que no nos hace iguales. No, no somos tal para cual, no somos cómplices pero hay algo que sí somos, un hombre y una mujer en busca del destino. Ella, 16 meses antes de esta historia, ya no era feliz, y aunque no lo creas parecía serlo. El problema como siempre comenzó cuando yo quise revelarme. Es que, no soy un hombre muy violento ni constante que siempre se enfrenta a las cosas,sino aquel que siempre se acostumbra mal y cuando está totalmente destruído recién se da cuenta de que debe decir que no.

Decirle que no a alguien es una tarea titánica, es una tarea tan difícil que toma tiempo, y bueno, lo hice, le dije NO y las cosas cambiaron en mi contra, a su favor, así que no me quedo de otra que tomar el camino más diplomático, decirle gracias por todo, por su presencia y por su paciencia. Y aunque, al inicio no quería irse, posteriormente fue fácil conocer el final.

Y es que al final como en las películas, como en la vida, las cosas no son malas porque te hagan daño, sino que son más malas cuando sabiendo que te hacen mal, las sigues haciendo, y te deja muchos malos recuerdos, puesto que, 1 semana antes de esta historia, se fue llevándose mi esperanza, mi fe ante la vida, mi postura tan ecléctica de enfrentarme a las vicisitudes y hoy le digo que lo malo no fue tenerla, lo malo no fue conocerla, lo malo no fue ser amigo de Ella, sino que lo malo fue parecerse y no distinguirse, vivir y no discriminar lo de cada uno, en pocas palabras las cosas llevan a una sola conclusión, y curiosamente eso es lo malo, lo malo de ser como Tú.