El cuadro en la pared... su ajena sombra y el melódico péndulo, solían retratar morbosamente las formas desnudas de aquel otoño en nuestros cuerpos. Copiaba a perfección toda lucha en las montañas rociadas todas de tibio pudor a cada encaje de roja pasión. Sé que ahora vestirás con tonos blancos, - matices que fueron deseos - soñados en estas sábanas quemadas con mi piel entre tus dedos y mis dientes en tu piel... Más no cambiaré la habitación hasta que la música y la sombra retraten aquel húmedo otoño en el cuadro... de áquella mágica pared!
Texto agregado el 13-09-2004, y leído por 180 visitantes. (2 votos)