A las tres y trece minutos de la madrugada del treinta de julio del dos mil diez y seis, acostado y pensando en los acontecimientos de estos tiempos. una mezcla de alegrías y penas.
Dos hijos hermosos, una pareja como no se esperaría una mejor..compañera, amante, una mujer como no hay otra.
Una vida tranquila dentro de lo que cabe pensar en estos tiempos tumultuosos que nos arrastran.
Hijos que colman de alegrías, seguros, ordenados. Son los que me dan seguridad de un trabajo bien hecho, creo.
Pero la dicha nunca es completa, siempre habrá alguna preocupación y en estos momentos una madre que lucha, una madre que siempre ha luchado….lo hizo desde temprana edad trabajando duro y luego por nosotros, los cinco hermanos sacados adelante por una mujer viuda. Ahora ella lucha por su vida hospitalizada por primera vez, en los albores de sus ochenta años, una neumonía rebelde que no la deja salir.
Todo siempre fue difícil para ella y acá estamos los hermanos acompañándola y sabemos que esta vez también ganará esta batalla.
Vieja, una neumonía no te la ganará, le has ganado a cosas peores. Te queremos ver en casa otra vez, dueña de tu vida, viviendo para tus nietos y bisnietos que ya empezaron a llegar.
Te queremos como siempre aunque a veces no hayamos sabido demostrártelo, estamos orgullosos de ti….sigue luchando mamá…te esperamos en casa.
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