Olvido y perdón.
Dos palabras sencillas que significan mucho y las más difíciles de llevar a la práctica.
Eso pensaba Helena, una mujer aún joven pero que no podía sacarse de la mente esas benditas palabras.
Había terminado su matrimonio precisamente a causa de esas dos palabras.
Jorge estaba dispuesto a volver a comenzar, a tratar de olvidar y le pedía a ella que hiciera lo mismo, aún tenían muchos años por delante y por una equivocación, terminar un matrimonio donde los dos se querían, era demasiado para él.
Pero ella estaba decidida, se alejaría de él y quizá con el tiempo volvería a ser la de antes pero por el momento no.
Jorge, resignado se apartó de Helena para no volver jamás.
Y los años siguieron su curso y llegó el día que Helena, viéndose al espejo vio una mujer vieja, sola y con mucho rencor y eso la asustó y la llevó a la muerte antes de que fuera su hora.
Ya en presencia de Dios, Este le preguntó:
___Helena, ¿por qué no fuiste feliz?
___Padre, me equivoqué y tuve que pagar mi culpa.
___¿Acaso yo te dije que tenías que juzgarte?
___No, pero…
___¿No sabes aún que el único que puede juzgarte soy yo?
___Si pero…
___Toda vida tiene un propósito y la tuya era mantener tu familia unida, procrear, tener hijos y saberlos educar y hacer de ellos personas de bien, ese es el propósito de la vida.
___Perdóname Padre, no fui capaz de perdonar y menos aún de olvidar.
___Lo sé pero ¿Te das cuenta de que Jorge sufrió mucho más que tú?
___Recién ahora lo veo todo claro, viví un martirio que podía haber evitado, y no sabes cómo me arrepiento.
___El perdón no es sólo para las demás personas, uno debe aprender a olvidar y a perdonarse a si mismo y tú no quisiste hacerlo pero te diré que vas a tener una nueva oportunidad en la vida que vas a empezar dentro de unos segundos.
Y una nueva vida comenzó y Helena sin saber cómo, cuando llegó el momento y tuvo que perdonarse, lo hizo y pensó:
___ Me equivoqué pero siento que debo olvidar y perdonarme…
Y así lo hizo y con el olvido y el perdón vivió el resto de su vida sin sufrir ni hacer sufrir a los que la querían.
Omenia
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