El dolor es trascendencia
no es carencia,
la garra filosa y austera
que acicala el rostro
es desgarro y tristeza ante la ausencia,
pero no me derrotara si me lo propongo.
La carencia es un paso para atravesar el umbral,
para adentrarnos del otro lado de las pupilas visionarias,
y la incertidumbre
es el germen que despertarà la conciencia,
dudar del mundo
es un instrumento de deducción y menester
ante un constructo social y de consumo.
¿Qué si me siento mal?
¿vulnerable?
¿rechazada, marginada?,
oh, pobre niña lastimada,
pues no,
en la diferencia de las especies
reside la noble fortaleza de las almas,
que màs allá de la carne trascienden.
Todo, dejarè todo,
si mi Soledad lo proclama,
me integrarè en el arte del decir
para que vengan a salvarme las palabras,
para que la escarcha del vacío
sea una bofetada de resistencia para el alma.
Tendrás amor de a dos,
pero, ¿te podrás encontrar escondiéndote en las miserias ajenas?,
¿podrás creer en la felicidad?
si no has sabido enfrentarte
a la rotura que ejerce el dolor
sobre un mundo que, otra vez, te ha desamparado,
¡dime! ¿cómo podrás amar?,
si no te has encontrado.
Blasfema imitación
de lo que hubieras podido ser
si tantas falsas glorias y máscaras
no te hubieran cegado,
¡y estaré jodida!
pero estoy pagando el precio de la verdadera libertad,
tenlo por cierto,
ésta, que derrumba cada falsa divinidad y certezas que han ornamentado los oropeles de mi templo. |