La patria es la tierra de promisión
Deparada por el hacedor supremo
En la sublime armonía de su designio
Encarnada en nuestro corazón
Como síntesis de lo más heroico
Sus valles y ríos, sus pampas y desiertos
Su inmenso mar insondable y pacifico
Sus andes colosales, alcázar de águilas
Llegan más alto que las nubes y mansión del rayo
Nuestra amazonia está a la espera de la epopeya
Por eso grita y reclama con voz estentórea
Que todos entonemos nuestra jornada
Y en ese centro converjan nuestros ideales
Sabios y estadistas, poetas y músicos
Sacerdotes y maestros, obreros y militares
Nos vamos dando cuenta que para desarrollarnos
Necesitamos de caminos carreteros buenos
De puentes indispensables, de trenes bala
De grandes irrigaciones, de industria y tecnología
Donde circulara el comercio fecundando la vía
Felices aquellos que pagan a la patria
La sagrada deuda al nacer aquí contraída
Por lo que a mi toca, le dedico mis insípidos versos
Cuando menos tienen el deseo de llamar a juicio
A la acción y al pensamiento del peruano.
Texto agregado el 23-07-2016, y leído por 96
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Lectores Opinan
24-07-2016
No son insípidos tus versos, hermano. Por lo contrario: tienen sabor a filantropía.
calara