Y de repente, un achaque te sacude la pobreza de la memoria y resumes que el camino que has seguido hoy termino hace rato y que solo sos un fantasma inanimado flotando desprolijo por entre la niebla de una nada inconexa, vació, perdido, hundido rumbo a quien sabe donde. Hurgas entre los retazos de cenizas congeladas y todo se deshace entre tus emociones, parado frente a una ventana que deja entrever el lento vaivén de las hojas que vienen en caída y al fondo del silencio una lluvia quieta, fría, tormentosa te devuelve un sueño que comenzaste hace mucho donde por mas que busques no encuentras, por mas que halles, no obtienes y por mas que obtengas esas cenizas escapan de tus ilusiones como debe ser, porque en el fondo el fantasma no puede dejar de ser solo un espantapájaros que borro su propio cuento.