Inicio / Cuenteros Locales / seroma2 / T. S. Eliot dixit
Trece lustros atrás, exactamente a las veintiuna y quince,
asomó la cabeza por la primera puerta que encontró en el mundo.
Ahí estaban, solemnes y visibles las manos de una comadrona,
los ojos de un partero, y esas columnas cansadas y sangrantes
que vendrían a ser las piernas de su madre. Berreó,
como berrean todos los miembros de la especie humana,
y continuó berreando cuando le daban a estrenar su cicatriz,
ese ombligo que se haría viejo con el mismo.
Le limpiaron el afecto de lo temporal y lo largaron a andar
con las manos repletas de fantasías y vacías de coherencia,
llevado por el viento anduvo por el mundo, y por aquello que no es mundo,
descubriendo esa campiña abierta que es la vida.
Sembró aquí y allá, cosechando alborotos en la primavera
y criaturas en el ardor de verano. También, muchas,
muchas viejas piedras que nunca pudo descifrar. Esa es su deuda.
Hoy está aquí. Aquí o allí no importa. Está.
Trece lustros después de atravesar la primera puerta. Está.
En un camino que sube pero que baja, que es de ida y es de vuelta
(T.S. Eliot dixit) ocupando su lugar en una mesa larga,
en una incierta hora antes de que llegue la mañana.
y como el primer día asoma la cabeza por la primera puerta que encuentra. |
Texto agregado el 19-07-2016, y leído por 184
visitantes. (5 votos)
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Lectores Opinan |
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20-07-2016 |
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Lindo texto, saludos. ome |
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20-07-2016 |
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Muy sentido felicidades Joysma |
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19-07-2016 |
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Me gustó tanto, tanto, que no imaginás!!!***** MujerDiosa |
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