La vi en el autobús volador, corrí a ella con mis alas multicolor, pero entre más corría más lejos se iba. La busqué por estrellas de celofán hasta ahogarme en el umbral, frente a una estatua de Atenea que apestaba a ginebra.
¿Dónde se había ido la chica de mi corazón? ¿Dónde, a dónde se fue? Debo reconocer que nunca la encontré, lloré y lloré hasta más no poder y de tanto llorar la olvidé.
Texto agregado el 18-07-2016, y leído por 169
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Lectores Opinan
18-07-2016
Un verdadera lástima haberla perdido. Pero quizá aparezcan otras menos esquivas. Saludos. maparo55