Los ángeles lloraban
al ver tanta tristeza en un solo hombre,
mas la realidad no era lo que ellos creían,
los hombres sufrían diariamente,
ardían en dolor y lloraban sobre sus cenizas,
pero en particular, una figura como un feto en las sombras se lamentaba,
sus penurias eran tan grandes porque su mente las aceptaba,
¿Tendrá un corazón blando o será pura química?
Se preguntaban los ángeles
Bajo la luna mortecina,
Una cruda noche,
mientras que este ser atormentado
sus cabellos revolvía,
los ángeles del cielo bajaron
y se posaron sobre sus brazos y rodillas,
¿Cómo es que cabe tanto dolor
en el carbono y agua padre de la vida?
¿Cómo es que tu alma soporta el aguacero
de miserias que hoy por hoy le brindas?
mas existen rebaños derrotados
y tristes naciones de historias podridas,
pero no un solo hombre desdichado de por vida
¡Solos, todos estamos solos!
grito la encorvada sombra en su guarida,
¡Lo bueno nunca llega, lo bueno es mentira!
abandono y desolación me vencen la partida,
mas las estrellas conocen mis intentos y caídas,
también mis huesos fuertes que sobreviven las derrotas
y me irguen cada día,
no digan que no lo he intentado,
no lo digan, no son dignos del derecho,
cada carne es un misterio y en misterio
morirán los tormentos que hoy me anidan
Hola, ¿Nos escuchas alma entumecida?
en vano hablamos mas tus ojos no pueden ver,
tus oídos no nos escuchan y para ti somos solo invisibles,
una superstición y un cuento,
una realidad de locos, no de cuerdos,
solo un puñado de ilusiones y sueños enterrados
¡Dolor de dolores, angustia escarchada!
es que mi espíritu se ha marchitado
por las frías acciones de cada ser humano,
es el fin y no me atrevo a decirlo
es mi hora y no me animo a tomarla,
llego el último tren y temo subirme en el
Y así este frágil ser que revuelve sus cabellos
y desesperadamente se rasca sobre el cuello de su desalineada camisa,
acobijo la cabeza en sus rodillas,
y más que dormido parecía casi muerto,
no agonizaba realmente,
solo dormía y dormía
Decepcionados los ángeles
regresaron a la eterna cuna de de sus hogares,
allá, lejos muy lejos, bajo la luna mortecina
¿ Será acaso que existen criaturas
que viven solo de la desesperanza?
pregunto uno de los ángeles
a su camarada,
no lo sé realmente,
pero de seguro el mundo
no está hecho para almas tan delicadas,
contesto el otro ángel ya entre las sabanas,
y así al unisonó los ángeles entonaron
su canciones de buenas noches,
esa de los dulces sueños antes del reposo,
y a la par cerraron sus ojos
cayendo rápidamente en el eterno y bello sueño,
pero quizás esta vez,
por el resto de sus vidas.
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