Siempre se está mejor bajo tierra,
incinerado, terminado,
empapado solo en nada,
mas no he conocido figura más fiel
que la sombra de algún un gato
ni luz más traicionera
que los rayos del amanecer,
tampoco voz más dañina
que la que a cuatro vientos grita,
que te ama, que te adora,
y que te quiere ver en paz

En mi paso por el mundo
solo he visto y comprobado
que el amor solo se pierde
y se quema de dolor,
y que este ciclo interminable
de malayas y serpientes
festeja con guirnaldas
si te logra derribar,
por eso cargo con el odio
que se impregna aquí en mi espalda
y con los restos ultrajados
de mi extinta compasión

Mientras que el suelo de esta tierra
rechaza el sonido de mis suelas,
que pisan fuerte, siempre fuerte
con su asco y su hedor,
hoy solo espero en el silencio
de las horas ciegas moribundas
que se frenen mis latidos
y se quiebre este reloj,
y es que ni cobardes ni valientes,
ni curiosos ni expectantes,
de vencidos lloran sangre
mis ojos de perdedor.