Pide al dios de tinta que vive en tu hombro
Que nunca pierda yo la voluntad de dibujarte en letras
De coronarte la frente con laureles
De virtudes que no posees
Que no se acabe el aceite que empapa esta vena
Este motor doloroso que conjura
el fantasma de tus ojos estrechos y tus cejas bajas
Alimenta de traición esta caricia
Este sordo entumecimiento
Yo sabré mover los hilos
De esta marioneta en mi pecho
Y repetiré los viejos gestos
Esos que conducen lentamente a la locura
Peinar la cabellera cuerva ...vestir de ocaso el pálido de mis labios
Sonreír con el odio agazapado
Tras la mejilla arrebolada
Pide al dios de tinta que decora los libros
Y que susurra mentiras al oído de los niños
Que no olvide yo el viejo hábito de extrañarte
Que no desaprenda las letras de tu nombre
Y me dedique concentrada y enferma
A escribir sonetos que no te tengan
Una Luna sin L y un Sol huérfano de O
Un páramo gris que no sepa de tu existencia
Que no me asalte el alivio fatal
Y se detenga la aguja que lacera mis sienes
Y me despierte una noche
Sin el impulso de añorarte
Descanso final de quien escribe
Texto agregado el 10-07-2016, y leído por 175
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en algún momento lo vas a olvidar, yo tengo por política organizar aquelarres curativos, quemo absolutamente todo, noche de brujas y fogatas, así se aligera la carga y no me arrepiento, me siento a ver volar las cenizas, cada una de ellas se lleva lo que quiero olvidar cafeina