Sabiendo a la perfección mi sentir me callo guardo un respetable silencio aún queriendo reclamar esta injusta miseria. En estas horas postreras no te apareces y me obligas a aceptar en este frío un cobijo mal dado. El autoengaño se hace visible ante este frio maldito ante esta soledad elegida y bien afincada. Ojala ...ojala...ojala quiera que nos encontremos en esta vida y sino pues no y caballero a resignarme a ser cómo medio mundo amada a mala caña.
Texto agregado el 08-07-2016, y leído por 172 visitantes. (3 votos)