Reconstruyó
su alma
soldando sus recuerdos
con hebras de platas.
Con ilusiones de futuro
con cintas de verbos
un moño tejió
su corazón sello un adiós
entre las palabras.
Y partió sola
en busca de la verdad
en busca del amor
que el cielo le prometió.
Aprendió a soñar
un invierno invisible
que la pobló de atardeceres
de tiempos vividos.
Floreció el aire puro
con sus traslucidos vientos,
en la tibieza encontró su hada
como un remanso de paz
su piel vibro en solitario,
descubriendo su mundo interior.
María del Rosario Alessandrini.
Texto agregado el 08-07-2016, y leído por 305
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