El sendero que brillaba bajo el sol,
se esfuma veloz en el ocaso de nuestras vidas
y los sueños lo acompañan en su descomposición,
nunca más claros como el mar,
nunca más hermosos como flor,
solo pozos profundo en una caldera de lágrimas
La altiva juventud,
los años de plenitud,
todo se disuelve en la noche
de tus pesadillas,
y el miedo extinto hoy reencarna en el corazón,
sin pausas ni prisas,
proclama que se baja el telón,
de tu suerte y buenaventura
que hoy se jubilan entre las llamas,
de una esperanza que jamás sirvió de nada
y sin embargo en el auge de tu odio, respiro
Colapso tras colapso,
definitivamente colapso,
el camino que ingenuos cantos
tu mirada de verde tiño,
y ahora ves la nada misma
que aun lleva ese color,
de la triste mala hierva
del hueco en tu razón,
color negro de pupila,
espeso y sin limitación,
curtido y mal parido,
igual que vos y yo.
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