el hombre de escasos cabellos blancos como las nubes del cielo, abrió los ojos y supo que despertaba a un día más... miró sus amarillentas y huesudas piernas y se dispuso a levantarse... aun estaba oscuro y aun reinaba el silencio... esto le alegró... cogió su andador y luego de difícilmente vestirse, salió a la calle... miró los altos muros del condominio y las rejas de seguridad... miró a un gato que caminaba por los techos de las casas... luego escuchó los ronquidos de un vigilante... le recordó y sonrió al escuchar sus ronquidos... "suele pasar", recordó al estar tirado en el piso y ver que todo un grupo de niños y personas le rodeaban al verle tirado en suelo... "porqué sigue el piso", preguntó un niño... el anciano le miró y vio el brillo de sus ojos y las manos de su madre que no le soltaban... le ayudaron a levantarse le colocaron su andador y se fue a caminar hacia su casa...
aun no esclarecía... y el brillo de la luna lo enamoraba... estaba pleno... cuando del fondo del firmamento vio bajar una estrella y de ella salió un niño... hola, le dijo el niño... hola, respondió... vamos a jugar?... no puedo caminar... si gustas te presto mis piernas... no, no se puede, soy doctor y eso no es posible... si gustas te doy mi juventud para que tengas otra vida, otra oportunidad de ser feliz... pero, si lo soy, respondió el anciano... acaso no quieres mas dicha?... si, la quiero, pero, qué tiene que ver con la juventud... nada, se trata de volver a vivir... respiró profundo y asintió...
vio como el niño le cogía de las manos y se lo llevaba caminando hacia la estrella que se acercaba mas y mas como un sol, hasta que todo fue luz...
era la mañana y nadie vio al anciano en los alrededores del condominio... tan solo su andador... la gente preocupada s fue a tocar la puerta de la casa... y cuando esta se abrió, vio salir a un niño de ojos brillantes y hermosa sonrisa...