Un valle frondoso cuajado de robles y castaños. Montañas nevadas.Prados verdes. Miles de cerezos dispuestos en bancales, monocultivo de la zona. Gargantas de aguas cristalinas que discurren entre canchales. Un río truchero que los árabes bautizaron como río del gozo. Un vergel bendecido por la Madre Naturaleza donde todo lo que se planta medra.Un pueblo hundido en un hoyo, pueblo de trashumancia con su cordel. Un lugar de ensueño.Pero ya nadie quiere vivir en los pueblos, aunque sean pueblos agrícolas ricos. Pueblo de población envejecida y de escasos niños. Pueblo fantasma y muerto en invierno y cementerio vivo, ya que los habitantes que un día huyeron del silencio a la ciudad regresan al lugar para el reposo eterno.Pueblo de pasado esplendor con su iglesia barroca, talla de Cristo del XIII, puente medieval con templete, judería, casa de la Inquisición, Picota y Casa solariega donde pernoctó Carlos V en su retiro a Yuste.Los lugareños trasladaron al emperador por la sierra hasta su retiro y como recompensa se conformaron con unos odres de vino.Pueblo devorado por la niebla durante los largos y lluviosos inviernos.
Allí nací, allí viví una infancia feliz, allí tuve mis primeros amores adolescentes, de allí me fui y allí quiero que reposen mis restos.