Mientras la sombra rodea sofocando toda viveza, yo escucho a lo lejos un sin cesar de voces, gritando y armando a su vez una armonía, es cuando la música ensordece todo a mi alrededor, entonces, lo único que me queda por hacer es pensarle en silencio.
Imaginándome un millón de cosas, idealizando su cariño para mí...
No me atrevo a destaparme y saltar sobre su esencia...
Es respeto y quizá cobardía.
Y mientras la armonía continúa cubriendo mi realidad, mi pecho se estremece, todo mi ser entero se estremece...
Cuando la viveza intenta sublevar y franquear toda forma grisácea es como si en esa escena pudiese ver a mi esperanza allí representada...
y las cero posibilidades se vuelven a un millón.
Hoy estoy más cerca, pero, ¿En qué lugar se halla?
Mis memorias me gritan que está allí, siempre, y la búsqueda ha de tomarse como terminada... pero, hurgando más a fondo ya no sé si eso es suficiente...
De pronto los tintes grisáceos se pausan pareciendo eternos.
Mi respiración se aletarga y mis ojos se entrecierran... y mi mano continúa en marcha.
La armonía, constante, se vuelve con más melancolía a cada segundo...
Estoy despierta, y no hace falta soñar dormida para tener una vida con USTED, basta un lugar quieto y una mirada fija hacia la nada, eso, es lo que me lleva a su vida.
Y no, no estoy loca, es que, se dice que los enamorados dejan de tener cordura ante los ojos de los demás, ante la presencia del amado.
Al contacto de un amor, todos padecemos de cierta locura...
topándonos los unos con los otros... perdidos.
...Siempre a ciegas...
-Paola Canales Ll. |