Soñar de a dos
Me preguntaba si nuestra vida fue real o un complejo sueño.
Allí esta ella, mi esposa, mi compañera de la vida, duerme placidamente.
Antes de conocernos tuvimos infancias alejadas en el tiempo que es parte del sueño que no recordamos claramente.
La adolescencia, la juventud, se muestran como la parte más pura y hermosa del sueño. Ella me contó su sueño hasta esa etapa de su vida y yo la mía.
Entonces el sueño acelera imágenes y ya su sueño es similar al mío.
El sueño es una larga conversación que no quiero terminar, ella tampoco, no queremos despertar, y se hace mas fácil de contar.
Comienzan los; ¿Te acuerdas?
Es apasionante soñar de a dos.
Y soñamos nuestro noviazgo mezclado con celos familiares, bellos atardeceres, tristes noches de soledad y un día unimos los deseos para siempre.
El sueño de ambos se torna sereno, hasta que las imágenes repiten su velocidad, muchas cosas están pasando, se me hace difícil acordar con ella ciertos acontecimientos, pues indudablemente los momentos tristes que pasan por nuestras mentes, son cercanos e interminables y los momentos felices se perciben en nuestros sueños como lejanos y fugaces. Sueños desagradables que producen angustia, ansiedad, miedo o pavor. Nosotros envueltos en hechos o situaciones feas. Sabanas y uniformes blancos, ausencia de rostros, indiferencia ante emergencias o meras visiones de personas enfermas que luchan por sobrevivir sin conocer sus futuro. Tal vez el destino queda marcado en estos sueños donde por momentos se llora y en otros estás en la oscuridad. Otros momentos, durmiendo, apretados, extendiendo el éxtasis de nuestro inmenso amor, vemos la película muda que nos tiene como actores sonrientes, en fiestas y lugares hermosos de bellos paisajes o lujosos cortinados. A veces entre los actores está nuestro ser querido, que extrañamos tanto, u otras veces varios pedazos lastimados de nuestros corazones hechos personas, que nos sonríen, están riendo en medio de la fiesta con sus amigos. Nuestros sueños han ido cambiando aunque existan los claro oscuros en muchas situaciones. El miedo, las figuras extrañas y monstruosas que nos asustaban en la niñez, ya no están.
Nuestro soñar es contemplar, libre de ansiedad, muy lejos quedó nuestra soledad. Soñamos con otros seres queridos cercanos, que nos visitan y aman, con fiesta cuando llegan sus visitas bulliciosas, cuando miramos como otra persona organiza para que vivamos entre agasajos.
Nuestro sueño tiene unos pocos viajes largos y varias visitas cortas con mucha cortesía. Soñar de a dos ahora nos permite comprender y valorar la intensidad de nuestros placeres, de nuestro amor.
Tememos despertar, que el sueño termine, existe una armonía perfecta, amamos y nos aman.
Caminamos despacio en el atardecer tomados de la mano a sentarnos en el banco de la plaza del barrio. Ella acomoda su cabecita en mi hombro, yo beso sus blancos cabellos y se me escapa una lágrima. Me preguntaba si nuestra vida fue real o un complejo sueño.
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