Me gusta de la noche esa penumbra que guarda en claroscuros un secreto; intrigas que se ocultan por completo hasta que llega el sol y las alumbra. Me gusta adormecerme en el incierto presente que parece incomprensible, y luego al despertar creer posible un sueño que hace tiempo estaba muerto. Me gusta, al fin, saber que nada existe seguro, imprescindible o importante porque la luz intensa nos sorprende. Me gusta comprender en que consiste la vida, y muchas veces ignorante, ser uno más que vive y así aprende.
Texto agregado el 01-07-2016, y leído por 150 visitantes. (2 votos)