Madrugadas de noches inciertas
donde la luz se esconde
donde lagrimean bandoneones
mientras la danza crece.
Noches de gala, de sueños
de sinsabores y rencores,
amanecer despiertos sobre la arena
cortando capullos de olas hambrientas,
llenando los ojos de sol y luna.
Despiertos los rumores
dormidos los sentidos
y el fuego de juventud creciente.
Ayeres que aún repican cada grano de arena,
mortales ilusiones desvanecidas
entre aguas claras y la aventura.
Amores que se fueron...
Castillos inconclusos, derrotados
por el viento del tiempo tramposo,
que todo borra en las tempestades.
Luna sombría, que derrochabas fuego
al salir de fiesta con tu compañero.
Sol tempranero tus rayos aún calientan
las playas desiertas cobijando sus grietas,
mientras mar tapas el tiempo bajo tus olas.
Allá… en el taller desierto de tus oleajes.

Alessandrini María del Rosario