Me susurraste ligeramente...
me gritaste con cierta melancolía
y yo estudiando cada gesto
entendiendo estas ganas de vernos
de analizar una tierna melodía
con tristes matices de invierno
que no pude compartir contigo...
ni tú conmigo...
Y las sonrisas se nos pierden
en una sobrevivencia absurda...
en una existencia a ciegas...
en una belleza escondida
en el alma que encierran los ojos de cada uno...
Una lágrima que cae
me hace recordar de tu dolor...
tan palpable como el mío...
tan resignado y arraigado a nosotros
y yo que trato de levantarte
y tus lágrimas que tratan de invadirme
mi alma solo quiere hacerte suspirar...
como hacer soñar a un ave perdida
con los ojos y las manos puestas en el olvido
de una vida llamada nostalgia
de una leve respiración en la ventana
para recordarme que existes
y que ella existe en tí...
Quiero arrebatar algo que pertenece a tu piel
pero la soledad no es un estado eterno
y tirarla a un lado...
sería sembrarme en tu costado
pero mis brazos lo desean...
tu corazón necesita una presencia diferente
una frescura que llegue con la brisa
y mi corazón...
un viento que traiga olor al vino tinto
olor a ti... olor a mi...
olor al mar que habita en nosotros...
Me quiero despedir de ella
y quiero que tú lo hagas conmigo...
déjame tu presencia y entenderemos
te entrego mi esencia y comprenderemos
y juntos la veremos partir...
a ella...
a la soledad...
y quedaremos nosotros...
y quedaremos uno...


Nathalia Rojas Acacio