LA LARVA
Cuando nació, desde el director, obstetras y médicos de la maternidad Zardá, coincidieron en que eso no tenía ninguna semejanza con un ser humano, ni había referencias de que alguna vez hubiera nacido algo parecido, entre la inmensa cantidad de malformaciones recopiladas desde el génesis hasta esa fecha..
Tenía el tamaño y la piel de un recién nacido cubierto con una fina película como de látex, pero no tenía cabeza ni extremidades .Era, según se describe en el parte médico y se visualiza en las fotografías, una larva gigante.
Como no cabía en un frasco, algunos fueron de la opinión de ponerlo en una pecera, sumergida en formol, según se estila en estos casos, pero comprobado, por estudios complementarios, que tenía signos vitales, nadie quiso asumir la responsabilidad de concretarlo. Se decidió entonces informar a sus padres de la situación y por voluntad de ellos a la justicia para que se expidiera, con la urgencia que el caso requería. El caso recayó en el juzgado de la Doctora Servini de Cubría que con la celeridad que la caracteriza y dado, según consta en la resolución, mla falta de antecedentes que sentaran jurisprudencia, determinó que se la preservara según su morfología, anatomía interna y fisiología.
En cumplimiento de lo resuelto, se la acondicionó en la pecera pensada en la primera alternativa, en la sala de neonatología bajo el cuidado de un veterinario.
Se entregó a sus padres correspondiente certificado de nacimiento, a los efectos de su inscripción en el registro civil, y según consta en la partida, fue anotada con el nombre de Crisálida el 19 de abril de 1998.
Todo lo relatado fue guardado en el mayor secreto para preservar la intimidad de los padres, facultativos y demás testigos, del acoso mediático sensacionalista.
Hasta que un día, su madre que como lo hacía habitualmente fue a visitarla, mató de un cachetazo a una mariposa polilla que la acosaba con su molesto vuelo.
En la pecera solo quedaban restos del látex del preservativo que la encapsulaba.. |