En algún trayecto del camino, decidí desviarme levemente decidí que sería divertido e interesante conocer superficialmente el juego del amor. Fue divertido mientras no fuera amor verdadero, mas no todo es eterno y lo que hoy no ajusta mañana cae como un anillo a un dedo. Vi muchos rostros derramar lágrimas por mi… nunca estuve orgullosa de romper corazones o de crear falsas expectativas, instintivamente lo hacía casi como por costumbre, ya que había decidido no enamorarme.
Llego el momento en que decidí parar y que ese desvió tenía que terminar, retome mi vida sencillamente como si nada pasara, siempre por el camino recto sin mirar al costado o atrás.
Siempre tuve muchas barreras para que nadie lastimara mi corazón, barreras que nunca deje pasar y al más mínimo acercamiento decidía desaparecer suavemente como brisa que llega y se va.
Mi voluntad siempre fue como la de un tigre libre y ligera y a la vez salvaje e imponente, no era mi estilo ceder fácilmente o dejar las cosas al azar sin antes luchas. No hacerlo era de cobardes. No dejarme llevar por la corriente o por el resto ser como deseaba ser sin límite. Defendiendo mi postura con una sonrisa con la idea de que se atrapan más moscas con miel que con vinagre.
De un momento a otro las cosas dieron un giro de 180 grados y mi mundo se vino de cabeza, llego él, llego y sin previo aviso, sin que me percatara siquiera rompió una a una las barreras de mi defensa y apareció sentado a mi lado agarrando mi mano.
La primera impresión que tuve al verlo no fue de esas que muestran amor a primera vista por el contrario solo me daba curiosidad saber quién era y fue por pura casualidad que termine saliendo con él.
Enamorarme? Nunca pensé enamorarme, lo primero que hice cuando ya enraizaba ese amor fue negarlo. Escapar, decir q solo era algo momentáneo. Termine cayendo en el limbo de los sentimientos sin saber yo misma que sentía. Reconocerlo fue lo más duro y difícil que he hecho. A decir verdad aun m cuesta decirlo libremente.
Pues lo siguiente fue mi voluntad aplacada como el león al que el domador logra volver manso como cordero, me convertí en una niña dulce y sumisa con una boba sonrisa cada vez que lo veía sin refutar mucho y con la necesidad tonta de sentir sus brazos alrededor mío.
Termine creyéndome las mentiras más tontas, siempre supe que me mentía y decidí creerle. Aun no domino del todo esto del amor hay cosas q no creo y cosas que sí.
Aunque ya no soy tan ciega ni tonta como en un principio y sé que no todo es miel con hojuelas, nunca sé que es lo que continua, no puedo predecir que sigue, todo es totalmente nuevo, y es difícil descubrirlo día a día. A veces suele ser hasta frustrante.
Quisiera concluir diciendo que retome por completo mi brío pero mentiría o decir que me volví una niña tonta que hace aquello que le mandan pero es mentira también
Todo cambia, todo mejora, todo se reinventa y por el momento estoy en plena reinvención…
Y en cuanto al camino principal del que me desvié nunca me arrepentí de hacerlo.
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