Al principio, el mundo es uno cuando se piensa a su manera, cuando las ideas apenas se van acumulando para estallar en algo válido, en diálogos... en luchas.
Después, ha de haber, forzosamente alguna transición, es ahí cuando el mundo deja de ser uno, y se vuelve a todos...
Cuando se despierta del sueño mental de poca tolerancia o de poca conciencia y solidaridad, sorprende, da miedo, pero es una realidad que ha de pasar sobre los ojos de los demás, muy necesaria...
En esta transición, se sale del aceptar la imposición de otros.
Se sale de estar atados a una silla obligados a ver sólo al frente, en donde se representa falsamente; amabilidad, respeto, justicia, democracia y la inclusión de opiniones del pueblo sin tomarlas como agravio.
Pocos son los que se atreven a levantarse de la silla para mirar a su alrededor, en donde terminan las cortinas del "bien", pocos son los que reforman su miedo en indignación.
Aquellos que rigen, aunque, ahora, con poca aceptación están al frente del pueblo, han sembrado temor, han reprimido a tal grado que, ahora las masas se vuelven en contra, el orden que los "lideres" utilizan es sinónimo de cobardía.
Las masas, el día de hoy, ya son el doble y, cada vez más se "contagia" la indignación, lo que el pueblo no había tomado en cuenta es el poder que es capaz de tener en unión.
Sí, el mundo se está volviendo a todos, vivimos en una época en donde la reivindicación del derecho humano es algo que, por el bien individual y común, se tiene que hacer todos los días.
¿Qué esperas tú, qué necesitas tú, para levantarte de la silla y echar un vistazo a tu alrededor?
-Paola Canales Ll. |