Alguna vez creí que la poesía era "la loca de la casa"
y me pasé gran parte de mi más nítida infancia
rastreándola en cada milímetro de mi casa.
No la hallé por ninguna parte
solo lo que está más allá de uno mismo puede ser poesía.
El monólogo intracraneano no puede parir un verso
parir un verso cuesta más que parir un hijo crudo.
La poesía es el vaso de vino que duerme inútil
en la mesa de un bar cerrado.
Poesía es una palabra gruesa y ancha como océano
es una flor fría expuesta en una vitrina de escarcha.
Poesía es como andar de cabeza
contando pisadas en la calzada.
Poesía es hablar sin titubeos de lo que está prohibido hablar, es el silencio que se hace gigante bajo el eco de las estrellas que nos brillan distantes.
Poesía es andar por cualquier parte
después de todo nuestros piés ignoran lo que caminan.
Poesía es perderse y ganarse en uno mismo
arrancarse para volver a encontrarse.
Poesía es recorrer el Mundo
tomando radiografías de todo lo que late, vive o muere.
La poesía es una lágrima congelada por el tiempo de la memoria en el párpado de una joven enemaorada.
La poesía es la risa de un niño cuando ve lo que ignora o el látigo del viento en la anatomía de una hoja.
Un día la poesía hablará por sí misma
y yo dejaré de buscarla
para poner mis huesos a invernar con tranquilidad.