Triste fue la época
en la que el viento congelo las cañas,
y las enfermas y gélidas nubes,
cubrían las sonrisas
de los rostros que miraba,
viejo y cruel tormento
de la tierra hasta el cielo,
yo pudrí y marchite la vida,
de todo lo que se mueve,
y todo lo que respira
Hoy los cuentos de tu boca,
no me llaman, no me tocan,
ya burle a mi alegría,
a mi tedio y mi rutina,
mas existe el desconsuelo
y hoy mis ganas tocan suelo,
mejor esperar la luna
y al licor que traen sus sueños
Triste fue la época
en que la tristeza
tenía nombre y apellido,
dos ojos bien muertos
perdidos en un abismo,
mísero el tiempo
que los dos nos compartimos,
hoy emprendo el vuelo,
chau, adiós, ya no te sigo
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