Su figura pareciera ser una extensión más de las sombras que gobiernan la reinante oscuridad del cruce de dos calles, aguardándome en el mismo lugar en dónde antaño nos vistiéramos de caricias y besos. Camino a su encuentro en una fría noche de invierno, secretamente luchando con las lágrimas que rebelándose resbalan por mis pómulos atraidas por los dolorosos recuerdos de un pasado que regresa inesperadamente. ¡Maldita sensibilidad! ¡¿Que mierda me pasa?! No deseo esta pena que había olvidado y reaparece de la nada.
Me recibes con los opacos colores de una vacía mirada colmada de tristezas. Tratas de dibujar una sonrisa en tu rostro, pero resulta casi imposible.
_ Sé qué es un obsequio. Pero lo necesito de verdad; si hubiera una manera de conseguirlo en otro lado sabes bien que lo hubiese hecho. Pero me fué imposible por el tiempo. Esto es engorroso, pero me urge. Te lo devolveré._ Hablas sinceramente, quizás algo complicada, y no dudo de tu honestidad. Me miras fijamente y me incómoda, pues siempre que me observabas de esa manera sabías qué era lo que pensaba.
_ No te preocupes, está todo bien. Puedes quedártelo... De hecho no me gustó mucho._ Le miento aún cuando odio mentir.
_ ¿De verdad?_ Te sorprendes y sonríes.
_ Así es, no te preocupes. Es extraño y no lo creerás, pero el libro estaba acá en Arica hace más de un mes_ Respondo meditabundo_ Traté de llevármelo varias veces, pero todo intento resultó infructuoso. No fué casualidad estoy seguro de ello. Dejó de pertenecerme hace ya algún tiempo y ahora regresa a ti.
Entregándote el libro nuestros dedos se rozan por algunos segundos. Todo ha cambiado y finalmente el olvido terminó por alcanzarnos. Nuestras miradas se cruzan y por primera vez en varios años sonreímos sinceramente.
_ Cuidate mucho ¿ok?. Adiós._ Me tiembla la voz, creo que se da cuenta.
_ Adiós Jorge_ Besas mi mejilla abrazándome con fuerzas. Nunca habiamos usado la palabra "Adiós" en ninguna despedida. Sé que está será la última vez que te veré en mi vida. Te alejas como si fueses una extensión más de las sombras que gobiernan la reinante oscuridad del cruce de dos calles.