Pequeño gorrión,
Llegué a tu maravilloso y extraño mundo
Profesando cada acción desde el amor
Y procurando sanar
Cada rotura en tu interior.

A estas horas,
en esta madrugada de corazones rotos
Tendré que decirte adiós
y porque no lo entiendes lloras,
Porque me necesitas
Y mi ausencia te desmorona.

Buscas el calor de mis abrazos,
La complicidad de mis gestos
En aquel desamparo
que tarde o temprano dolerá
Cuando traiga a tu corazón mi recuerdo,
Y por no poder estar a tu lado
me voy muriendo.

Sin vos no habrá sentido,
Una terrible tristeza habré parido,
Y a pesar de haber creído
¿Cómo podrás sonreír?
Si la maldad del mundo nos ha llegado,
Frustrando nuestro vuelo
E interrumpiendo la concreción de nuestro sueño.

¡Y te quiero!
Te querré
Porque otra manera de seguir no hallaré,
Y te recordaré,
Serás un eterno dolor
Que ascenderá al cielo,
En forma de cometa plateado.

Y tú, pequeño gorrión
que has revertido el sentido de mi alma,
Encontrarás un pedazo de mi amor
En el universo que has contemplado,
Y serás lamento y reparo
Cuando el peso que cargo
No me sirva para nada.

Te daré lo poco que me queda
Si deseas llevarlo;
Mágico ser
Que con tu ternura me has atravesado
Y en la enigmática abstracción de tu mirada
Me has crucificado,
Para llevarme con vos,
Para desarmarme.