Imagina que escuchas que te nombran.
Desde acá, desde “ahora ya es muy tarde”,
y no puedes llegar a tiempo a ningún lado,
incluso, no puedes llegar adonde nunca has estado.
Y eso no solo es malo. Es terrible. Abrir los ojos, mirar,
y ni siquiera poder decir lo que piensas. Algo así como
no tener absolutamente ningún propósito,
ni bueno ni malo. Ser solo tal vez el trueno
de la próxima tormenta, si es que esta viene.
Texto agregado el 13-06-2016, y leído por 239
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