Escribir…

¡¿Para qué?!
Si por más que intento arrancarme el alma para no sentirte, solo obtengo una mancha amorfa que estropea la perfección del pedazo de vacío blanco que aquí habitaba.

¿Cómo extirpar tu presencia en mi memoria?
Si cada línea, cada punto, cada espacio, cada forma me conducen a ti,
¡a ti!
que ahora eres mi muerte, mi maldición, mi castigo.

Todo comenzó con una mentira,
en una mentira se consume todo,
asi… no termina.

Todo mentira:
-éstas palabras-
tu calor
tu abrazo
tus ojos
tu sonrisa
tu perfume
tu boca…

¡No termina!

¿Para qué?
Jamás encontraremos la verdad en esta farsa,
y, aunque tratemos de burlar al espejo
no podemos dejar de reflejarnos:
soy todos y por eso no soy nadie.

Jamás encontraremos la verdad sobre palabras,
la verdad se esconde en el silencio,
detrás de esta historia,
en la pieza de vacío blanco que estas palabras profanan,
en la fracción de vacío blanco que alguna vez aquí existía.