Tengo miedo,
Miedo al solitario futuro que me espera,
a la soledad desgarradora que jamás temí,
pero desde ahora se hace sentir,
como una bandada de ángeles negros
opacándome el esplendor,
de los arboles, las flores y el amor
Se acerca, se cierne sobre mí,
la enfermedad de la agónica locura,
el senil amanecer quebrándome el espíritu,
la mente, débil y borracha mente,
cada mañana y cada noche
envuelta en su mar de lagrimas,
camuflando su tristeza al mundo
Nadie merece regocijarse en tu miseria,
y hasta el alma más noble siempre guarda un puñal,
para abandonarte por completo
y exigirte mucho más de lo que das,
por eso extingo innumerables vasos,
y despierto como mamarracho,
perdido entre mi sangre
y el vacío indiferente del espacio ya gastado
Y las palabras del dolor
de las que muchos hoy se burlan,
esperan siempre en cada esquina,
como la muerte hoy creciente
y la ceguera del terror,
mas nadie se salva realmente,
y nadie merece ser salvado,
porque el precio de existir siempre fue alto,
y el castigo del humano la razón.
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