Llevo en mí el olor de tu cuerpo. Y me regreso.
Siempre en el final del camino soy cautivo
de un llover de deseos. Insoportable.
Así, me vuelvo a las caricias ahuecan tu vientre
a perderme en tus ojos en una continua batalla.
Texto agregado el 01-06-2016, y leído por 311
visitantes. (11 votos)
Lectores Opinan
30-06-2022
Hay que tener muchos deseos buenos sobre todo el mundo. scire
30-01-2019
Me encanta******
//Así, me vuelvo a las caricias ahuecan tu vientre//
Un abrazo
Victoria 6236013