Cuando la niebla pasa
y sale el sol a pleno
me encuentro con tus ojos
que son mi cielo eterno.
Puedo negar el tiempo,
reírme de la muerte,
sentir que son inventos
como la buena suerte.
No quiero ir más allá;
le temo a las razones
que explican el invierno.
Me gustan las palabras,
en ellas me desnudo,
recorro mis desiertos,
y a veces te descubro,
pero no comprendo
por qué duele vivir
si estoy muriendo.
Texto agregado el 25-05-2016, y leído por 184
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
20-04-2017
Vivir, morir. Dos extremos de un mismo ciclo. Ambos dejan huellas en tu alma. Un abrazo FerdiCartago
26-05-2016
Pero que bello y elegante soneto, viaje en la belleza extrema de tus letras en ese espacio infinito de la magia de tus versos escribe hermosisimo muchas felicidades. 5***** john-anthony-
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