Es probable, muy probable,
que regresen las peleas conmigo mismo,
las contradicciones de mis convicciones y visiones,
que me mojen los labios las lagrimas del desencanto,
que me espere alguna noche,
el impredecible y leal infarto
Es probable, muy probable,
que me pierda y me encuentre innumerables veces,
y me llegue el amor de las flores y las aves
a través de una otoñal y tibia ráfaga a mi boca,
y luego exhale de repente en un nostálgico suspiro
pudriéndose en vano la hermosura y la belleza junto al aire
tan probable, casi seguro,
que me aferre a otras manos,
y el dulzor se desintegre casi instantáneamente,
al soltarlas de repente cuando me ahogue con mi bronca
y tirite mi esqueleto cuando se espese la sangre,
que mengue mi apetito y se estropee el intestino,
y agotado y derrumbado me desarme en mi lecho,
sin conciliar el suave sueño
ni desconectarme por completo,
e insomne y como un muerto
nutrir los viejos miedos
y esta pena que me crece
Probable, tan probable, casi seguro,
Que cierre mis ojos anhelando el fin del día,
Sin el valor ni la energía, para encarar el de mañana. |