No vivo donde me espera una despedida.
¿Sabes que ayer emprendí el regreso
con algo de tristeza y un poco de sana alegría?
Mendigo de cosas simples
decidí volar sin alas por sobre el rebaño de ovejas.
Si me pudiera dormir tal vez lo lograra,
lo malo es que esas manos que educan
te castran las alas justo debajo de la última ilusión.
Cómo cuesta tener un sentimiento diferente
¿Será solo una realidad mía?
¿O solo se habitan los sitios sin luz?
Texto agregado el 23-05-2016, y leído por 114
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