Despertó sobresaltado… soñaba que dormía y abrió los ojos como si los globos oculares hubieran empujado contra los parpados a fin de evitar el encierro y salir de sus órbitas. Todo porque tronaban las alarmas de lo que para él era un coche patrulla…

- ¡Mierda! ¡¡Vienen a por mí!!


Ella soñaba con él. Y, en el sueño de ella, él dormía. Soñaba con un despertar abrupto pues escuchó una sirena, señal de que llegaba la policía.

- ¡Mierda! ¡¡Vienen a por mí!!

- Tranquilo, tranquilo, tranquilo… ¡Todo es un sueño!


Al final vino la policía, despertaron y fueron detenidos por complicidad onírica.