Ayer te vi mientras guardaba
nostalgia en el cajón
de las cosas olvidadas.
Tenías compasión en la mirada
y en los labios
un último beso me implorabas.
Llegó la noche
que oscureció mi sueño.
Tu inexistencia,
oleaje de dudas,
no supo si quedarse o desprenderse;
pero la soledad
con su insolencia,
nos dijo que tu ausencia
es para siempre.
Texto agregado el 18-05-2016, y leído por 186
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
18-05-2016
Entonces, hay un después, porque esto no es poesía. * elvengador