Inesperada, en el silencio de la noche,
vulnerable en manchas azules, una silueta
se esconde del pálido color que deja la luna.
Emboscada en una barca pagana atraviesa,
hasta la ruta pérdida de los espantapájaros,
la cabellera del bosque en un falso ritual.
La cubre su aliento que se parece a la nada,
con impulso busca esas cosas que extravió
esperando el regreso de su memoria.
Es un fantasma que se refleja en un cielo
de vidrios rotos y ojos que brillan en lo oscuro,
la encadena el resultado de su vida errante
en ese largo viaje entre luces y sombras
buscando pronunciar la palabra amor.