Al amanecer, el caudal de tu voz
Arrastro esos versos que escribimos en la almohada
Y los sembró suavemente sobre las sabanas tibias
Para impregnarlos de nosotros.
Celosas las caricias quisieron volver
Busqué refugio bajo la palma de tu mano
La pasión nos arrastró de nuevo por el lecho
Y los puntos cardinales no tuvieron sentido.
Ahora, apegado a tu espalda, mis brazos te protegen
Oyendo tu cansancio acompasado
Mudo por temor a que la magia se rompa
Solo plazco tus esencias de mujer.
Texto agregado el 14-05-2016, y leído por 160
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Lectores Opinan
27-07-2016
Creo no haber leído in poema que me provocara esta admiración que siento.
Es como para leerlo y leerlo,para impregnarse de la belleza que provoca,porque es la realidad escrita con hilos de oro*****
Un abrazo
Victoria 6236013
18-05-2016
Me encanta como transporta a esa habitación calurosa!!! Felicitacones. soledadarenas