| Ya no estabas,
 el bolso rojo que albergaba tus sueños,
 el mismo que llevabas cuando llegaste,
 con una sonrisa eterna, y los brazos abiertos
 desapareció.
 
 Ya no estabas,
 y el departamento parecía
 una caverna profunda, llena de ecos,
 que en coro, me decían se acabó.
 
 
 Ya no estabas,
 el té, estaba amargo,
 el catre lleno de pelusas,
 y no me atreví a pasar la escoba,
 por respeto a las últimas huellas
 de tus zapatillas desteñidas.
 
 Unas fotos se quedaron,
 las dejaste a propósito,
 arrancaste todas mis fotos
 con cara de adolescente,
 de tu álbum para no llorar.
 
 Ya no estabas,
 y era porque te lo había pedido,
 y aunque mil veces lo dijera,
 tu llamada de despedida me dio un remesón.
 
 Ya no estas,
 hace una semana me pregunto,
 ¿porque escapo de tus recuerdos?
 no quiero llegar a casa, los pequeños
 círculos de luz y tus besos me persiguen.
 Mientras acabo detrás de la lavadora
 llorando en un rincón.
 
 Ya no estas,
 y aunque jamás me oigas confesarlo,.
 siempre serás, mi gran Amor
 
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