Rayo de luz que alumbras
la desesperanza de los transeúntes,
un relampagueo, un segundo,
y llenas de claridad las pupilas y las morgues

Maldita noche de flores marchitas
y metas gangrenadas,
hostil otoño de almas veladas,
cierras los ojos y
mejor puedes escuchar,
¿qué oyes?
La calma acribilladas,
Los vánales sonidos de la infelicidad

Lapidas abandonadas,
embriones soñando en el basural,
ves ahora donde los desperdicios van a parar,
al estrecho rinconcito de la sensibilidad

Asustados los pasos,
afónica mi voz,
la vida es un jardín de rosas
bañado por pesadillas,
ahí siempre hallaras la risa,
una risa dolida e infectada que recuerda,
los gemidos de espantos
de un inmundo y cobarde diablo