Una bandada de golondrinas
me picoteaban el corazón,
en las horas del día en las que
ya se esconde el sol,
mientras esperaba la lluvia
que siempre se hace rogar,
y los ladridos de los perros,
recorrían la noche y sus estrellas,
como un fantasmagórico canto espectral
Que dolido que aun estaba,
cuantos rencores guardaba,
que las mariposas se volvían
crisálidas al verme,
evolucionando hacia atrás,
pero cada jornada
trae consigo un nuevo color,
y estos pellizcos apenas si se sienten,
la alegría se confunde con dolor,
Comportamiento natural de la tristeza,
que logra pesadas ramas mecer,
me dejo llevar por donde quiera,
empobrecida rutina sin dirección,
cuanto contento y cuanta nostalgia
se guardan en las mismas entrañas,
son tumores que despiertan,
y ya no vuelven a dormir
Una bandada de golondrinas
me picoteaban el corazón,
en las horas del día en las que
ya se esconde el sol,
pero yo decidí bajar los puños,
y arrojar unas cuantas migajas
y quizás, quien sabe,
sus negras perlas me aprendan a mirar.
|