Aparece ante mi, me mira fijamente mientras se acerca, y veo una media sonrisa escaparse de sus labios. Ríe como cuando sabes un secreto. Se coloca frente a mi, y noto como impacientemente intenta romper el hielo:
- Hola. Me reconoces?
- Como no hacerlo. Que haces aquí?
- He venido por ti. Creo que me necesitas.
- Yo??? No te he llamado, y no creo que te necesite.
- Necesitas recordar.
- Créeme, a veces es mejor olvidar.
- Justamente he venido para eso, para que no olvides lo que viviste. Necesito que recuerdes esas noches de llanto , y el dolor ese que se siente en el pecho, o la desesperación que sentiste aquella vez. Recuerda como el mundo conspiraba para herirte con sus cambios inesperados; pero sobre todo he venido para que recuerdes porque tomaste esa decisión, y vuelvas a mirar tus pasos y entiendas que fue lo mejor.
- Ya se que fue lo mejor. Siempre lo digo.
- Si, lo dices. Pero lo crees??? Veo tus pensamientos y tus dudas. Quieres volver a lo mismo??? Quieres sentir de nuevo ese abismo?
- No, no quiero. No puedo. No lo aguantaría.
- Entonces deja de divagar y recuerda porque estas donde estás y porque tomaste esas decisiones.
- Tienes razón. Hice lo mejor, lo correcto, lo que debía y era mejor para mi, y gracias a ello este es mi tiempo y mi vida tiene algún sentido.
- Muy bien. Aquí he cumplido. Espero no volver a verte.
Y así, sin más, veo su reflejo desvanecerse poco a poco… pero antes de desaparecer del todo, se gira y me dice:
- Recuerda que soy parte de ti, y nunca dejaré de serlo.
Mi yo del pasado desaparece por completo en una nube de humo blanco, y yo me quedo con esa sensación de quitarme un peso enorme de encima.
Un minuto después suena la alarma del despertador a las 7:25 am como cada día; me despierto de un salto, algo más agobiada de lo normal intentando recordar porque siento como si tuviera que recordar algo importante…
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