Hoy el estado es de animalidad extrema.
La creciente Luna se inmensa en las criaturas vivas.
Comienza el atisbo de plenitud.
(Plenilunio en el pupo izquierdo).
- ¿Tenes un pupo izquierdo?
- ¿Que, usted tiene uno derecho?
- No, va no se, tengo un pupo, no se si izquierdo o derecho.
- A verlo, ah no, definitivamente es un pupo derecho.
- Pero, si es igualito al tuyo, y es uno nomas, como el tuyo.
- Pero el mio lo miras y tiene expresiones de izquierdo, rasgos mas izquierdados, mientras que el suyo se retuerce hacia el fondo a la derecha, se nota.
- ¿Qué? ¿Cómo?
- Claro, si miras en profundidad a mi pupo, las torceduras generan laberintos que desembocan a la izquierda. Se nota por estas arruguitas de acá.
- A ver... aah.. si che... vos sabes que puede ser.. pero en el mio no lo veo.
- ¡Y claro que no! ¡Porque es mas difícil verlo de arriba! Necesita una perspectiva de profundidad, estar exactamente frente al pupo para sumergirse en su universo.
- ¿Y cómo hago entonces?
- Si no le basta confiar en mi palabra, siendo yo un experto y especialista Pupal, le queda entonces ir por la vida preguntándole a los demás creyendo en lo que diga la mayoría y haciendo oídos sordos a las excepciones, o...
- ¿!O?!
- Un espejo-medidor de profundidad Pupal.
- ¿Un qué?
- Es una herramienta totalmente nueva, una revolución en la medicina Cordónumbilical.
- ¿Y donde consigo algo así?
- Usted sabe que como especialista pupal suelo tener utensilios conmigo. Si está de suerte hoy, traigo uno en este maletín.
(busca)
- ¡Ah si! Señor afortunado, aquí le tengo la solución, ya está calibrado y todo.
- ¡¡¡Oh gracias, gracias!!!
- No hay por qué, uno no puede andar por la vida sin saber como está anudado su ombligo.
- ¿Mi que?
- Pupo perdón.
- Ah. |