En el inconsciente de su armada personalidad, jamás previó lo que sucedería al indagar en la gran posibilidad que tenía de perderse en lo que sería la peor y más dramática experiencia de su vida. Algo que no tuvo peso en su momento se volvería el agente patógeno de una desesperación oscura, difícil y más que triste; ajena a la verdad que poseía él cuando lo conocí. Fue raro ver la transición de su personalidad cuando estuve acá con él, fui ignorante al dejar de creer que algo así pudiese pasar, de mis conclusiones poco acabadas y poco profesionales en mi ámbito de la psicología y de la terapia del sueño e hipnosis. Debo reconocer que me siento algo culpable por lo que pasó. Tuve que haber sabido que algo tan fuerte mentalmente podía devastar a alguien de esa forma si no hay forma de curarlo y el paciente termina por creerlo y asimilarlo como (Nombre Eliminado) lo hizo.
Nunca pensé ni temí de su seguridad en ningún momento. Lamento también ahora los sucesos como se desenvolvieron con el pasar del tiempo y los años... fue inocuo al comienzo, libre de todo mal pasar. Simplemente dejé que se liberara de la mejor forma en que lo tratamos, lo dejamos interactuar con su problemática personal y mental, sin quitarle privilegios ni conciencia de sí mismo. Podría decir que fui su mejor amigo, pero no tuve chances al momento de volver. Puede que suene como un cliché, pero cuando volví, era demasiado tarde, el origen de su pesar ya estaba dentro de su mente.
Dicen que cuando tienes pesadillas, tu conciencia se comunica en forma de historias antiguas, mundanas, mal dicho paganas y reacciona químicamente en forma de imágenes que se internan en otra parte de la cabeza, mezclándose con sentimientos que deberían vivirse "despierto", a ojos abiertos, para que el cerebro pueda procesarlas de mejor forma y utilizar lo que científicamente se conoce como "mecanismos de autodefensa" del buen Freud. Digamos que lo que vivió mi buen amigo fue una experiencia muy cercana y fuerte de lo que se conoce hoy como una parálisis de sueño: Enajenado, fuera de sí mismo, pero confinado a la sombra de su habitación sin poder mover su cuerpo, ni ejecutar ningún sonido. Abrió los ojos, notó que podía respirar dificultosamente y que sus articulaciones cesaron de contestar en el momento en el que se vio superado por la imagen que reproducía su cerebro, y al mismo tiempo, su cuerpo lo asimilaba con puntos neurálgicos alrededor de toda su cara y pecho.
Según nos comentó a los días que pasaron posteriores a su experiencia, dijo que su cuerpo comenzó a enterrarse en el colchón de su cama mientras sentía como una presencia no corpórea pero palpable al tacto se posaba sobre él y comenzaba a asfixiarlo sin poder zafar de la situación hasta que su cuerpo cedió y colapsó en un desmayo seguido de un "salto de cama" generado por la saturación de impulsos eléctricos liberados tras el cese de la experiencia de alucinación hipnopómpica a través de todo su cuerpo. Vimos como al día siguiente sus ojos presentaban color rojizo postrauma por una excesiva alza de presión arterial que fueron catalogados por los médicos como derrames espontáneos, algunas marcas de moretones y contracturas al nivel cervical y lumbar producto de una presión generada sobre su cuerpo.
Así fue como comenzó todo la verdad. Desde acá en adelante, el Médico que no quiso dar su nombre ni su firma para los informes que utilizamos para además contar la historia queremos contar entre los amigos de (Nombre Eliminado), fue quien nos prestó ayuda en el anonimato para evidenciar todo desde el lado científico tratando de ser lo más escéptico posible en el tema y tratando de no tomar ninguna opinión vaga sin aplicar al menos en un 50% de los hechos que acá se contarán, el método científico y sacar conclusiones claras, libres de toda objetividad y hacerlas públicas para que gente con este mismo problema tenga acceso a ciertos tratamientos o apoyo en lo que han vivido o viven hoy en día.
Es de recordar que (Nombre Eliminado) hoy se encuentra recluso en el hospital psiquiátrico de Phillipe Pinel, más conocido como Psiquiátrico de Putaendo, en la quinta región de Chile. |